martes, 14 de diciembre de 2010

9 de Dic. ¿Qué no estoy Yo aquí que soy tu madre?


Santa María de Guadalupe, desde que llegaste a nuestra tierra mexicana, nos robaste por completo el corazón. Te has quedado enteramente con él. Madre nuestra, recibe todo nuestro ser personal. Recibe nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras dudas, nuestras necesidades, para poder así acercarnos más a Jesucristo tu Hijo. Señora, que tu presencia sea un estímulo constante para convertirnos siempre al Señor, por quien vivimos. Que podamos dirijir nuestros pasos por sus sendas de justicia y paz, de santidad todos nuestros días. Tu presencia madre, exige a los opresores, a los injustos, a los que abusan de la buena fe y gentileza de los demás, entre otros con nombre y apellido a dejar el mal para obrar el bien. Madre de todos los hombres, enseñanos a decir sí a la voluntad del Señor.

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